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Daños en vehículos eléctricos urbanos. Patinetes, microcoches y ebike.

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Consecuencias de la movilidad urbana 


Se mueven en ciudad como pez en el agua, mejor y más rápido cuanto más conflictiva sea la zona por la que circulan. Pero no todo son ventajas…


Un nuevo “urbanita” ha surgido con la nueva forma de moverse por las ciudades. El que no dispone de vehículo propio o lo tiene pero no lo utiliza para sus desplazamientos urbanos. Prefiere la multimodalidad de los vehículos eléctricos más pequeños del parque móvil, de dos y cuatro ruedas.

Puede que hasta no disponga de permiso de conducción, ya que únicamente se desplaza en e-bike o patinete eléctrico, o que solo tenga la autorización para conducir coches, el permiso tipo B, con más de tres años de experiencia. Este carné autoriza a manejar microcoches, pero también las motos eléctricas de hasta 11 kW de potencia y 125cc.

Referencia significativa: en una ciudad como Madrid el número de bicicletas eléctricas de sharing es de 7.800 unidades; en el caso de los patinetes eléctricos, ¡8.600!

Muchos de los usuario de esta nueva movilidad urbana sostenible utilizan los vehículos de forma diferente de la tradicional. No son de su propiedad, sino que paga por ellos un alquiler en función del tiempo de uso.

Esta movilidad aporta beneficios en aspectos claves: descongestión del tráfico, disminución de gases contaminantes a la atmósfera… También favorece la rapidez en los desplazamientos y es más fácil aparcar, optimizando el uso del tiempo en recorridos urbanos.

Sin embargo, estas indudables ventajas pasan por un peaje obligatorio. El aumento exponencial de vehículos de movilidad urbana y, por tanto, del número de desplazamientos, maniobras de aparcamiento y de circulación. Ello supone un incremento de sus daños, fundamentalmente, sobre sus elementos exteriores.

En la mayoría de los casos, los daños se producen por colisiones y pequeños golpes, puede ser contra elementos móviles del tráfico urbano, como contra los fijos de las calles. En un elevado porcentaje se van a repetir en cada tipología de vehículo.

Los casos más comunes son debidos a maniobras de aparcamiento e impactos contra elementos fijos del mobiliario urbano. Hay menos contra otros vehículos, aunque ocasionan mayores desperfectos.

Daños en microcoches

La mayoría de microcoches tienen su carrocería exterior fabricada de materiales plásticos -normalmente termoplásticos, tipo PP-EPDM o ABS-. Muchos no están pintados, vienen ya pintados con diferentes colores y tintados.

Junto con los cristales, los plásticos forman la casi totalidad de superficies exteriores que pueden sufrir daños.

Su diseño exterior conjuga, por una parte, enormes paragolpes muy envolventes y puertas de gran tamaño. Así que, porcentualmente, suponen la mayor superficie lateral de estos vehículos de cuatro ruedas.

En las maniobras de aparcamiento estos grandes paragolpes se llevan casi siempre la peor parte: abrasiones, arañazos, rozones… A veces, el daño es mayor si la pieza, o algunos de los soportes que la anclan a la carrocería, se han roto.

En la apertura y cierre de las puertas son sus paneles exteriores los que sufren muchos daños (aunque son leves), marcando el panel de la puerta.

Ante pequeños rozones -según el nivel del daño- las operaciones tradicionales son la reparación del paragolpes, saneado y pintado,  pero en numerosas ocasiones se sustituye la pieza completa, que puede venir incluso pintada de origen.

Daños en motos y bicicletas eléctricas

El diseño de motos y bicicletas eléctricas implican unas características especiales. Existen típicos elementos que pueden sufrir daños al circular en ciudad, son los elementos salientes como retrovisores, puños, manetas de freno y guardabarros. Son los que, porcentualmente, resultan afectados en la mayoría de los siniestros pero tienen una  sustitución sencilla.

Sin embargo, las motos eléctricas son las que sufren daños en su carrocería con mucha frecuencia. Sucede por las grandes superficies plásticas que incorporan, laterales , como las tapas, y frontales, como el escudo frontal. Suelen estar fabricadas en termoplástico ABS.

Estos elementos exteriores normalmente se sirven como recambio ya pintado. Si las abrasiones son muy profundas, o incluso si las tapas se rompen, se suele sustituir la pieza. Ahora bien, si son arañazos o abrasiones leves (los más habituales) se pulirán o realizará un tratamiento superficial y mínimo en pintura.

Daños en patinetes eléctricos

Los patinetes eléctricos son cada vez más habituales en el tráfico urbano. En ellos, se producen daños normalmente por dos circunstancias: pequeños golpes de circulación y daños por mala utilización y/o aparcamiento.

La estructura principal y el sistema de dirección de un patinete eléctrico están compuestos por elementos metálicos, férricos o de aluminio. En ellos, de vital importancia, quedan marcados pequeños golpes.

Pequeños golpes de circulación

Se puede golpear su cuerpo o estructura central al subir y bajar escalones de las aceras. También mientras circulan, o al golpear o rozar algún obstáculo fijo de la calzada las ruedas o la zona del reposapiés y la columna de la dirección pueden resultar dañadas.

Estas piezas pueden ser saneadas mediante tratamientos de pintura únicamente. Los daños suponen ligeras abrasiones y raspones en los que se salta la pintura.

Elementos del manillar, como puños y manetas (y el propio manillar), son los que sufren más daños y de mayor calado. Frecuentemente tendrán que ser sustituidos por nuevas piezas.

Mal aparcamiento o utilización

Pero los patinetes eléctricos también tienen daños particulares debidos a su mala utilización, sobre todo en su aparcamiento -y más si son de sharing-. En muchas ocasiones, no se estacionan adecuadamente, se depositan en el pavimento sin caballete de soporte, apoyados en árboles o “tirados” en la acera. Por este motivo, su columna de la dirección y su plataforma inferior sufren numerosos daños leves.

Estos pequeños toques, en la mayoría de las ocasiones no comprometen la pieza en sí, simplemente requieren reparaciones cosméticas. Se sanean mediante tratamientos de pintura o de redecoración con nuevos adhesivos (pegatinas). Lógicamente, hay que verificar previamente el correcto estado del elemento afectado.

Los nuevos vehículos de micromovilidad (particulares y de sharing) suponen una realidad en nuestras ciudades. Su utilización diferente -más continua y en menor tiempo-, a la vez que más intensiva (con una variación enorme de conductores durante su vida útil) hacen que sufran en un elevado porcentaje daños característicos.

Conocer las causas y particularidades de pequeños accidentes asociados a esta nueva movilidad ayudará a su mejor mantenimiento y reparación posterior, influyendo positivamente en la seguridad vial de nuestras ciudades.

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