El antes y el después en el transporte de motocicletas

CUANDO ES NECESARIO TRASLADAR UNA MOTOCICLETA, A TRAVÉS DE LOS DISTINTOS MEDIOS DE TRANSPORTE AL ALCANCE, HAY QUE PRESTAR ESPECIAL ATENCIÓN A NO OCASIONAR NINGÚN DAÑO EN SUS COMPONENTES. ADEMÁS, DEL TRASTORNO QUE SUPONE PARA EL USUARIO, SE DEBEN EVITAR POSTERIORES RECLAMACIONES AL SERVICIO DE TRANSPORTE, QUE PUEDAN GENERAR GASTOS EXTRAORDINARIOS, DIRECTA O INDIRECTAMENTE, A TRAVÉS DE LAS RESPONSABILIDADES CIVILES.

La acción del transporte puede deberse a necesidades del día a día, como es el caso relatado a continuación, pero también, al traslado de motocicletas hacia circuitos cerrados, de tipo motocross y enduro, y que no han sido matriculadas y no pueden circular. Asimismo, se realizan desplazamientos para entrenamientos en circuitos de competición de motocicletas sport. Y, por supuesto, estos servicios de transporte también pueden ser requeridos por averías en ruta o accidentes, tanto en entornos urbanos como interurbanos.

¡Pongámonos en situación!

Decidí que este año usaría la moto que tengo en la playa como medio de trasporte para la ciudad, fundamentalmente para mis desplazamientos al trabajo. El tráfico es cada día más complicado y con la moto podré llegar antes. Cuando finalice la jornada laboral, realizaré otras actividades programadas con mayor facilidad y tiempo. Así que, con esta idea, busqué un transporte para disponer de mi vehículo.

Lo primero que me preguntaron los encargados de realizar el servicio fue que de qué tipo de motocicleta se trataba, y si el lugar donde se encontraba tenía buen acceso para su recogida. Les consulté a qué se debían esas preguntas y me indicaron que, según la clase de motocicleta y el acceso al lugar de recogida y entrega, debían seleccionar la opción de transporte más adecuada.

Podrían efectuar el transporte mediante un remolque específico de motocicletas, enganchado a un vehículo, a través de una furgoneta o, directamente, con la grúa para todo tipo de vehículos.

Mi motocicleta es un scooter de 125 cm3. Antes de llevársela, me solicitaron que cumplimentara un documento con sus datos, de modo que quedara reflejado su estado, indicando aquellas piezas que presentaran daños y realizando las correspondientes fotografías. Todo ello, con el fin de evitar posibles reclamaciones de daños ya incluidos y, ante todo, para poder reconocer otros, en caso de que se produjeran durante el proceso de traslado. Así, firmamos el documento y quedamos en el día convenido para hacer la entrega.

La sorpresa fue que, cuando recibí la moto, me encontré con que el espejo retrovisor derecho estaba roto. Al preguntar qué había sucedido, me comentaron que, al sacar la motocicleta de la furgoneta, no calcularon bien la altura y el espejo pegó con la parte superior del hueco trasero y se rompió. Parece ser que, para ese tipo de scooter de rueda alta, habría sido mejor realizar el transporte en un remolque especial. Me indicaron que llevara la moto a mi taller de confianza y gestionara la reclamación. 

Distintos modos de sujeción

Indagando un poco más en el tema, pregunté si era frecuente este tipo de incidencias y qué piezas eran las más afectadas. La primera respuesta fue tajante: no es muy frecuente el hecho. Por regla general, casi todos los proveedores de servicio poseen planes de formación que contemplan las formas más adecuadas para realizar los traslados, donde se dan a conocer las características de cada tipo de motocicleta y el equipamiento más adecuado en cada situación.

Cada una de las motos presenta unas características que las diferencian del resto de los grupos. No es igual la sujeción de una motocicleta sport, que apenas deja elementos fijos para su amarre, en las plataformas de las grúas o en el interior de una furgoneta, que una naked o de enduro, cuyas partes más adecuadas para su fijación quedan abiertamente expuestas. Principalmente, el chasis y la tija inferior. 

Las piezas más afectadas en los traslados

Y entonces, ¿qué piezas son las que más suelen dañarse? Pues, depende del tipo de motocicleta que se transporte y también del vehículo empleado para ello.

Las piezas más expuestas, cuando, por cualquier circunstancia, el vehículo se cae del lugar en el que va anclada, van desde el contrapeso, los espejos o los intermitentes hasta el mismo silenciador. Todo ello, fácilmente distinguible cuando no presenta daños previos.

Otros daños pueden venir dados por el propio medio de transporte. Así, en furgonetas el grado de inclinación de la rampa para subir la moto podrá ocasionar que resbale o caiga; mientras que una rampa de carga facilitaría la colocación de la motocicleta en su interior. En este mismo medio, hay que tener en cuenta el hueco de acceso al interior, porque es probable que las gran turismo o maxi trail no tengan fácil acceso, y se produzcan daños en los espejos, principalmente. Por otro lado, el hecho de subir los scooters sin rampa puede provocar daños en la quilla o los escudos inferiores. En esta circunstancia, se necesitarían dos operarios.

Otro tipo de piezas que se pueden ver expuestas, sobre todo en plataformas como remolques y grúas, son las tuberías del líquido de freno delantero e, incluso, cables de la instalación eléctrica, que puedan ser pilladas con las cintas de sujeción. Asientos en motocicletas scooter y sport, principalmente, son también elementos con probabilidades de ser dañados en un traslado, si no se tiene la precaución de protegerlos, en caso de que sea absolutamente necesario. Lo mismo sucede con los depósitos de combustible y los carenados. 

En consecuencia…

Después de la conversación que mantuve con quienes ofrecen este tipo de servicio, constaté que, algo que consideraba tan fácil como llamarles y que te facilitaran el traslado de tu motocicleta, se podría complicar por circunstancias como el tipo de transporte elegido o la falta de formación del personal.

No obstante, actualmente, la atención al cliente por parte de los proveedores de servicio es esmerada; no dejan cabos sueltos y los traslados se realizan con equipamientos cada vez más específicos. Protegen los elementos de las motocicletas susceptibles de daño, mediante acolchados y envoltorios, de forma que el propietario quede satisfecho, aun teniendo en cuenta que pueden darse pequeñas contingencias, que precisen reclamación y reparación