CESVIMAP habla con Iván Alba, Miguel Ángel Collado y Vicente Roig, ganadores del Concurso de Pintores Distinguidos

“Somos un equipo. En la Agrupación de Pintores Distinguidos sabes que, si tienes un problema, te ayudan”

Cuando ha pasado la vorágine que rodea al Concurso de Pintores Distinguidos, CESVIMAP ha querido charlar con sus tres ganadores. Iván Alba, Miguel Ángel Collado y Vicente Roig nos cuentan sus impresiones.

Primer premio, Iván Alba

Iván Alba, pintor de Inyección Jurado (Madrid), ha sido el vencedor del concurso de Pintores Distinguidos 2021. Estudió Formación Profesional de Grado Medio y, a partir de ahí, primero con prácticas y luego ya como profesional de taller, ha estado siempre enamorado de la pintura de los vehículos. Forma parte de la Agrupación de Pintores Distinguidos desde 2018, asociación creada por un grupo de enamorados de su profesión con el lema “Una gran familia” y patrocinada por JTD Quality Repairs, Cañizares Piñero, Nexa Autocolor, Mirka, Anest Iwata y USI Italia. A ella la considera un “hogar” en el que reunirse con compañeros para resolver, entre todos, dudas del trabajo diario, debatir sobre nuevos productos y herramientas, y compartir buenos momentos.

Iván, apasionado de los rallies y coches de competición, pertenece al sector desde 2002. Así que cuando cayó en sus manos un Citroën Saxo que reformar supo que “ese” constituiría su trabajo para el concurso de 2021. “Era un trabajo especial: había que reparar sus aletines de fibra y ensanchar el coche. Y todo ese trabajo sacarlo a ratos, porque el del día a día ¡sí que hay que hacerlo!”. Las aletas y paragolpes estaban atornillados, pero los costados había que cortarlos y unirlos con fibra. De modo que, echándole tiempo, pudo efectuar esta reparación y resultó seleccionado para el calendario.

Llegó luego el día del concurso. Ratos de estudio restados de estar con la familia porque el examen contiene preguntas teóricas “para las que tenías que estudiar”, y los nervios a flor de piel a la hora del reto: la reparación de una aleta. “Al final, pensé, es tu trabajo diario, es lo que haces desde siempre, así que ponte a lijar. Y me concentré en la reparación y ya no pensé en ganar o no, ni en que toda la familia estaba delante… Porque soy un poco vergonzoso y me daba algo de corte presentarme a la gente de la Agrupación, pero, una vez que la conoces, te sientes como en casa –comenta Iván-. “Hay muy buen ambiente en la agrupación, muy buen rollo. Hasta en la final del concurso ¡y mira que estábamos compitiendo! Debatíamos sobre los tiempos, la aleta, que si tenía golpe, que si no había hecho falta ni echar masilla…”

Cuando al final fue declarado ganador, estalló la alegría, sus hijas, su mujer, amigos “¡fue un subidón de energía!”– resume este marbellí como un momento mágico.

Segundo premio, Miguel Ángel Collado

Miguel Ángel Collado desde niño jugaba entre bancadas y botes de pintura. Ya con 14 años se pasaba los veranos en el taller de su nombre, Talleres Collado, de Villarrobledo (Albacete). Por aquella época pertenecía a 6 propietarios, pero Miguel Ángel iba a lijar, a mirar cómo trabajaban en el área de carrocería, en la de pintura…

A los 18 se fue el chapista de su taller, así que se puso él a desempeñar ese puesto. Sin maestro aprendió las técnicas de desabollado, lijado, el tintado de lunas… Ahora, con 35 años, ya es un experto, especialmente feliz en la restauración de coches clásicos. Como el que realizó a la Volkswagen T1, la Camper de todas las furgonetas, cuyo clásico diseño nos permitía ver una cara sonriente en el frontal del vehículo. Su forma redondeada y sus faros circulares completaban la sonrisa de la que fue un icono del mundo hippie.

El año pasado ya quedó en tercer lugar en el concurso de Pintores Distinguidos. Así que en esta edición quería presentar un trabajo lucido, “porque gusta que otros compañeros vean cosas diferentes y cómo resuelves los retos” -comenta Miguel Ángel-. Y llegó la oportunidad: restaurar un motocarro con el que, allá por 1958, se repartía el pan. Un vehículo oxidado, sin ruedas (vino en grúa), sin suelo… Le quitaron la caja trasera para abrir sus laterales y pintar el chasis, y muchas otras horas e ilusión invertidas por todo el equipo humano del taller, ahora llamado Talleres Collado Motor Sport “Buty tuning”. Este motocarro, ahora pintado en un “romántico” tono rosa y beige, se ha convertido en candybar para bodas y en su cajón abierto disponen las flores y golosinas.

“Mis padres y un amigo se vinieron a verme a la final. Y cuando me dieron el micrófono al ganar el segundo premio me entró todo el nervio y la emoción de estar con tantos compañeros y que te vea tu familia”. Una jornada de nervios, sí, pero en la que disfrutan más de 200 profesionales -por restricciones de aforo no pudieron ser 400- que se ponen cara físicamente en estos eventos, junto con sus familias.

Estoy muy contento con el segundo premio; hay muy buenos profesionales en la agrupación y ganar dos años seguidos para mí es un auténtico orgullo” comenta Miguel Ángel. “Y, aunque no hayamos podido ir al Motor Sport Institute de Teo Martín, esperamos recuperar esta tradición para 2022”. 

Tercer premio, Vicente Roig

Vicente Roig es la tercera generación de pintores en su familia. Su taller es el más antiguo de Valencia capital, en Carrer del Marqués de Bellet, 11. Trabajador infatigable -lleva 40 años en la profesión, desde sus 16-, siempre le ha gustado el olor a pintura y a gasóil. Iba aprendiendo el oficio en un principio de la mano de su padre, si bien él era mecánico y a Vicente lo que le gustaba era la pintura, “para mí la pintura me apasiona, cómo puede cambiar totalmente la apariencia de un vehículo gracias a tu trabajo”.

Mi padre me ponía a soldar, como chapista, pero yo lo que quería era pintar. Fue mi abuelo el fundador de este taller, y en su época estaban más diferenciados ambos trabajos. Él era chapista, y solo se dedicaba a ello, y el pintor, a pintar. Ahora se mezclan un poco los dos trabajos, y lo mismo desmontas que sacas abolladuras o reparas un plástico”.

La página con la que figura Vicente en el calendario es la restauración de un Ford GT blanco, al que querían transformar como al protagonista de “Le Mans 66”, un Ford GT40 que quiere derrotar al Ferrari de las 24 horas de Le Mans… “Lo pintamos llamativo, de azul celeste y naranja, no teníamos el código de pintura, así que estuvimos haciendo pruebas, el naranja salió a la primera, el azul fue más difícil, pero ¡quedó espectacular!”

Se unió hace años a la Asociación de Pintores Distinguidos para tener con quien comentar los trabajos más complicados, para “pasar un buen rato charlando de coches” o bien para ser él mismo quien ayude a los que están empezando. “Se acaba conmigo el oficio. Mi hijo no quiere seguir en este trabajo que te demanda, a veces, mucho tiempo, que quitas a la familia…”.

Al mando de talleres “Vicente Roig” desde hace décadas, gestiona el negocio como empresa, valorando la adquisición de nuevos equipos, ayudando al personal… Pero lo que realmente le apasiona son los trabajos “diferentes”: coches clásicos, de alta gama, etc. A los que proporciona unos acabados excelentes, con todo tipo de detalles… Los retos, en definitiva.

“Con este concurso he tenido la oportunidad de conocer a pintores de toda España, ver cómo trabajan y cómo es el negocio en otras comunidades autónomas”.

Ellos han sido los premiados, pero son muchos más quienes han volcado su ilusión, creatividad y empeño en mostrar su eficiencia como pintores. A todos esos grandes profesionales, ¡enhorabuena!