LAS COMPAÑÍAS DE SEGUROS INVIERTEN ESFUERZO Y DINERO EN INVESTIGAR POSIBLES FRAUDES. EN 2016, SE ESTIMÓ QUE, POR CADA EURO INVERTIDO EN SU DETECCIÓN, LAS ENTIDADES AHORRAN 34,70 EUROS EN INDEMNIZACIONES. EL COSTE ECONÓMICO Y DE RECURSOS PERSONALES Y MATERIALES QUE SUPONEN LOS FRAUDES ALCANZA UNA ENORME CIFRA, INFLUYENDO EN SU CUENTA DE RESULTADOS.
Para mitigar esta situación y solventar parte de este conflicto, las aseguradoras recurren a los peritos, formados en la elaboración de informes periciales. Ellos determinarán la correspondencia de los daños que presenta el vehículo o vehículos implicados en un siniestro, en función del relato aportado por los implicados o testigos.
Este análisis de la correspondencia de daños tiene como objetivo justificar y/o argumentar técnicamente un posible rehúse de daños, ya sea total o parcial.
Fraude
Fraude es aquella acción contraria a la verdad y a la rectitud que perjudica a la persona contra quien se comete; es decir, aquel acto realizado por acción u omisión de manera intencionada y contraria a la verdad en la contratación del seguro, en la declaración del siniestro o en la acreditación del daño causado, con ánimo de obtener un enriquecimiento injusto en perjuicio de la aseguradora. Su característica principal es el ánimo de engaño y la actuación en contra del principio de buena fe.
Por tanto, en caso de siniestro, es crucial establecer una relación entre la declaración del siniestro y la acreditación del daño causado; es decir, si los daños se corresponden, de modo que la compañía pueda argumentar técnicamente el rehúse total o parcial a la indemnización al asegurado.
La estafa al seguro está castigada en el Código Penal con penas de prisión, que oscilan entre los seis meses y los ocho años, y, en su caso, multas diarias de hasta veinticuatro meses. Si la cantidad defraudada no excede los 400 euros, la multa será de hasta tres meses. El Código Penal establece el concepto multa por el que el juez puede imponer al estafador el pago de una cantidad diaria durante el periodo de tiempo que considere –es decir, si el defraudador es condenado a pagar 5 euros diarios durante 100 días, deberá pagar 500 euros en total–. Estas penas suelen aplicarse en consonancia con la gravedad del delito cometido.
En el proceso de detección del fraude es necesario implantar una metodología; resultan esenciales las personas que intervienen en cada paso de la gestión del siniestro. Con su experiencia podrán intuir la posibilidad de un fraude, que deberá ser verificado posteriormente.
Los encargados de la atención al cliente en el momento de dar el parte del siniestro, los tramitadores que obtienen información en las diferentes fases de la gestión del mismo y los proveedores (gruistas, profesionales de talleres)… son, junto a los peritos, actores activos en la determinación del fraude.
Sin embargo, es el perito el responsable de la argumentación técnica. Él habrá de comprobar los daños, partiendo de una serie de premisas y actuaciones, a través del correspondiente estudio técnico, para llegar a unas conclusiones. La forma más sencilla de valorar la correspondencia o no de los daños es la inspección directa de todos los elementos que intervienen en el siniestro: vehículos, objetos y escenarios.
Metodología
Cuando se detecta en alguna de las fases de la gestión del siniestro un posible fraude, se comienza a estudiar el caso.
Se pueden generar estas situaciones:
- Tras una primera valoración, se desecha la posible existencia del fraude. En este caso no se realiza la correspondencia de daños y se procede a la normal tramitación del siniestro.
- Si las pruebas confirman la existencia de fraude, se debe comunicar al asegurado que no se liquidará el siniestro, y los motivos. Tiene un plazo de siete días desde la detección del posible fraude o de la causa que produce el rehúse. Este supuesto implica la investigación, valoración y coordinación de las personas que estudian el posible fraude y la actuación del perito. El análisis de la correspondencia de daños se efectuará en los vehículos u objetos implicados en relación a la tipología del siniestro y a los daños de objetos y personas implicados.
La labor del perito se centrará en:
- Magnitud: Verificar que la severidad de los daños que presentan los vehículos se corresponden con el relato del siniestro o con los daños que deberían presentar.
- Morfología: Analizar la forma de las deformaciones, la superficie afectada, etc. y determinar que se corresponden con los vehículos u objetos implicados. Se incluyen aspectos como la direccionalidad, las características que presentan los daños por arrastre (columnas, paredes), etc.
- Análisis dimensional: Tradicionalmente, se relaciona con la toma de alturas para verificar si los daños se corresponden o no con los del otro objeto implicado. El perito debe interpretar esas medidas y relacionarlas con la dinámica del siniestro, movimientos del vehículo, sus posibles frenadas, aceleraciones o maniobras evasivas.
La toma de datos y el análisis de la correspondencia de daños deben ser apoyados con fotografías que permitan la justificación en un informe técnico.
Igualmente, el perito anotará la fecha y el lugar de la toma de medidas y análisis dimensionales para ajuntar esta información al consignar los antecedentes del informe pericial. Así, evidenciará la calidad del trabajo de campo realizado.
Toma de datos
- Toma de medidas: Se puede clasificar, a su vez, en medición de los daños y medición de los vehículos.
La medición de los daños implica, por regla general, el desplazamiento al lugar donde se encuentran los vehículos u objetos dañados. En algunos casos, siempre que se disponga de la fotografía adecuada, será posible realizarla mediante aplicaciones informáticas. La fotografía ha de estar tomada de forma que el objeto de medida se sitúe en un plano similar al del objeto utilizado como referencia y cuya dimensión será conocida. El uso de reglas imantadas u objetos de dimensiones conocidas facilita esta labor.
La medición de los vehículos y los objetos no implica necesariamente disponer de ellos (si bien, indudablemente el trabajo se simplifica enormemente).
Hoy por hoy, numerosas aplicaciones informáticas nos facilitan este trabajo, como Sketch Up, que escala y dimensiona fotografías y objetos a tamaño real.
- Toma de fotografías: Debes ser de calidad para su uso impreso.
Diversos recursos pueden ayudar al perito: reglas imantadas, objetos, cinta adhesiva con anotaciones, etc. Facilitan la interpretación y visualización de las fotografías por terceras personas.
Si el lugar de ocurrencia del siniestro es importante, se debe incluir su fotografía. Si no es posible, programas como Google Earth o aplicaciones web, como Google Maps, lo facilitarán, asegurándose el profesional de que el lugar se corresponde con el escenario real.
Tecnologías móviles
Los peritos de las compañías de seguros van provistos de smartphones y tablets para facilitar las valoraciones, la toma de fotografías y para agilizar la gestión del siniestro. Son más rápidos las mediciones y los procesos que hoy pueden ser llevados a cabo en el propio lugar del siniestro o donde se verifiquen los elementos objetos del informe.
Toma de mediciones de forma directa sobre el vehículo y los daños, toma de fotografías con la posibilidad de realizar anotaciones o editarlas, y geoposicionar un lugar de forma exacta mediante coordenadas, etc., son posibilidades in crescendo en la peritación.
Si quieres la mejor formación sobre peritación, CESVIMAP te puede ayudar.