COVID-19 y seguridad vial

LA INCIDENCIA DE LA PANDEMIA POR EL COVID-19 VA A MARCAR UN ANTES Y UN DESPUÉS. EL CONFINAMIENTO Y LAS RESTRICCIONES DE MOVILIDAD HAN OCASIONADO UNA IMPORTANTE DISMINUCIÓN DEL TRÁFICO, TANTO EN VÍAS URBANAS COMO INTERURBANAS. TAMBIÉN, MUCHOS AYUNTAMIENTOS, SOBRE TODO DE GRANDES CIUDADES, ESTÁN FOMENTANDO EL USO DE LOS VEHÍCULOS DE MOVILIDAD PERSONAL, COMO BICICLETAS, CICLOMOTORES Y PATINETES, DANDO PROTAGONISMO A LOS PEATONES, LIMITANDO LA CIRCULACIÓN POR LAS CALLES CÉNTRICAS DE LAS CIUDADES, QUE, EN OCASIONES, PASAN A SER TOTALMENTE PEATONALES.

Todo lo dicho nos va a llevar a un nuevo plan de movilidad, que debe ser aprovechado para una nueva era con un menor número de desplazamientos.

Se deben impulsar nuevas medidas a la hora de los desplazamientos peatonales por la ciudad, delimitando las aceras en sentido ascendente y descendente, con el fin de conseguir una mayor fluidez y reducir el riesgo de contagios.

Fomentar el uso de los vehículos de movilidad personal, el del transporte público, respetando las medidas de seguridad, así como el caminar incidirá en la reducción de la contaminación de las zonas urbanas y en la sostenibilidad.

Desplazamientos seguros

Tras los periodos de confinamiento y las restricciones de movilidad, la vuelta al trabajo requiere la toma de determinadas medidas preventivas:

  • A la hora de volver a utilizar el vehículo que ha permanecido parado mucho tiempo, es recomendable revisar la presión de los neumáticos y el estado de la batería.
  • Desinfectarse las manos mediante gel hidroalcohólico, lo que conlleva mantener el vehículo en buenas condiciones higiénicas.
  • Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca durante la conducción.
  • Realizar siempre que sea posible una adecuada ventilación del coche circulando con las ventanillas bajadas para la renovación del aire interior.
  • Para evitar posibles contagios, es recomendable un mantenimiento y desinfección del interior del vehículo, especialmente volante, manillas y pomo de la palanca del cambio, si se comparte con otras personas.
  • Hay que recordar que en ciertos materiales que componen el interior del vehículo, como el acero y el plástico, el coronavirus puede permanecer activo hasta unos tres días.
  • Se recomienda el pago en peajes y parkings públicos, mediante tarjetas de crédito, con el fin de no tocar monedas y billetes, que son posibles focos de infección vírica.

Ansiedad y estrés en la conducción

En estos tiempos de la pandemia, gran parte de la población, debido a la incertidumbre y preocupación laboral y económica, está generado en toda ella un incremento de la ansiedad y el estrés. Esta situación puede afectar a nuestro comportamiento en las actividades habituales, entre ellas la conducción.

Para intentar minimizar el estrés y sus consecuencias negativas sobre la conducción, se recomienda:

  • Dormir las horas necesarias. El descanso y el relax ayudan a reducir el estrés.
  • Planificar los desplazamientos. Para poder evitar las prisas y el nerviosismo es recomendable planificar los viajes y desplazamientos con tiempo.
  • Limpiar y desinfectar el vehículo antes y después de la conducción.
  • Seguir una alimentación saludable, reduciendo el consumo de bebidas estimulantes, como el café.
  • Intentar evitar pensamientos negativos durante la conducción, relativos a la situación de la pandemia. Para ello, el conductor se puede acompañar de música relajante.
  • No consumir bebidas alcohólicas ni automedicarse, ya que su combinación puede ocasionar efectos adversos sobre la conducción• Si, durante la conducción, se sufriese un ataque de ansiedad (falta de aire, palpitaciones, ahogos…) se deberá detener el vehículo lo antes posible en una zona segura y solicitar ayuda.

Accidentabilidad durante el COVID-19

Una menor movilidad por carretera ha llevado también a una reducción de la siniestralidad. Del 15 de marzo al 7 de mayo de 2020, la movilidad de largo recorrido se redujo en un 69%, disminuyendo también el número de fallecidos en la misma proporción, según los datos de la DGT.

Por el contrario, antes del confinamiento se experimentó un aumento de accidentes con víctimas en autopistas y autovías, pasando de un 25% a un 40%.

En cuanto a los motoristas, representan el 19% de los fallecidos sobre el total de víctimas mortales; durante el estado de alarma cayó al 16%.

Los ciclistas quedaron en cero, frente a un 4% en periodos anteriores, y en peatones se ha bajado del 14 al 9%.

Por el contrario, los fallecidos con vehículos pesados – los que más han circulado durante el estado de alarma para mantener el abastecimiento de las necesidades básicas – han aumentado el 23%, cuando normalmente se mueven entre el 2 y el 3%.

También se observó que, durante el periodo de confinamiento, las velocidades de circulación rebasaron las máximas permitidas, probablemente debido a unas carreteras vacías, que inducían a los conductores a sentir una falsa seguridad y aumentar la velocidad

(Fuente de todos los datos: DGT).