Nube de polvo sahariano. Precauciones con los coches

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La actual nube de polvo sahariano que recorre España y Portugal provoca que los coches estén cubiertos por una capa de “barro”. Las principales amenazas para los vehículos están en las lunas y los filtros ya que el polvo puede dañarlos.

Antes de poner en marcha el coche y accionar los limpiaparabrisas, es conveniente mojar con agua, abundante agua, las lunas delanteras y traseras para quitarles el barro. De lo contrario, se arriesgan a rayar las lunas.

Otro elemento que sufre con esta tormenta de arena son los filtros del aire del motor y del habitáculo, sobre todo en aquellos coches que estén aparcados a la intemperie y, por tanto, sufran más sus rigores. El filtro del aire se encarga de filtrar las partículas abrasivas que pueda contener el aire que entra en el motor. Un filtro de aire en buen estado garantiza que el aire que entra en el motor sea limpio y que la combustión se produzca en las mejores condiciones. Así, consiguen que el consumo y las emisiones contaminantes sean las que indica el fabricante. Es recomendable cambiarlo cada año, pero si el vehículo ha estado sometido a entornos de polvo intenso, es posible que tenga que ser sustituido antes de ese plazo. Los conductores pueden revisar los filtros, una vez pasado este episodio climatológico.

En el caso del filtro de habitáculo, la suciedad acaba afectando al flujo de aire dentro del coche. Esto resta eficacia al sistema y no ayuda a crear la atmósfera templada para conducir, especialmente a las puertas de la primavera, cuando volvemos a poner el aire acondicionado después del largo invierno.

Y, en cuanto al filtro del aire del motor, si está saturado, el desempeño del motor se verá afectado, lo cual podría derivar en averías, siempre más gravosas para el bolsillo. También implicaría un aumento de consumo combustible.