Ocho de cada diez conductores menores de 30 años admiten distraerse al volante, el 67% de ellos mirando el móvil

8 de cada 10 jóvenes españoles admiten distraerse al volante, el 67% de ellos mirando el móvil, mientras conducen.  Esta afirmación proviene del estudio Emotional Driving: Jóvenes al volante, distracciones y uso del móvil, que recaba las opiniones de más de 1.000 conductores de entre 18 y 30 años, recogidas el pasado mes de mayo.

Las distracciones son la causa del 32% de los accidentes de tráfico con víctimas en 2017 (Dirección General de Tráfico (DGT)). En el caso de los más jóvenes, el uso del móvil es una de las más frecuentes. Concretamente, según el estudio Emotional Driving, elaborado por el Instituto Sondea, más de la mitad de los encuestados (52,05%) asegura haber tenido ellos mismos, o algún familiar/amigo cercano, un incidente por alguna distracción relacionada con su smartphone.

Redes Sociales 

Los encuestados destacan el uso de las redes sociales y aplicaciones de mensajería, la lectura de noticias, e, incluso, tomar fotos y realizar vídeos mientras conducen como las causas de distracción más peligrosas por el uso del móvil al volante. En este sentido, los jóvenes estiman que cuando consultan el WhatsApp al volante pasan 4 segundos de media sin mirar a la carretera, es decir, más de 120 metros a una velocidad media de 100 km/h, pero no lo consideran peligroso y aseguran no perder la atención mientras conducen.

Para Elena Valderrábano, directora de Ética Corporativa y Sostenibilidad de Telefónica, “la solución pasa por fomentar, entre todos y al igual que en cualquier ámbito de la vida, hábitos adecuados, inteligentes. Es necesario un uso más smart del móvil y de las redes sociales tanto en la carretera como en nuestra vida diaria. Instalar el manos libres y las apps que nos permiten no perder de vista la carretera, por ejemplo. Y no debemos olvidar que el móvil también nos salva la vida. Se puede llamar al 112 incluso sin red, cobertura o tarjeta SIM, podemos configurar contactos de emergencia… De nuevo los hábitos son fundamentales”.

También es importante el papel del copiloto. Así, 2 de cada 3 jóvenes (63,44%) declara haber dicho alguna vez a la persona que conducía el coche que dejara de utilizar el móvil.

Aparte del móvil, entre las causas más frecuentes de distracción al volante para los jóvenes, destacan: cantar (83,7% de los encuestados), escuchar música a gran volumen (76,15%), consultar mapas o GPS (74,76%) o comer o beber (68,74%). En menor medida, los jóvenes reconocen hacer fotos al volante (31,95%), fumar (23,09%) y consumir alcohol mientras conducen (20,84%), maquillarse (17,08%) o consumir drogas (10,63%). 

 

Motivaciones para conducir con más seguridad

La responsabilidad de llevar a gente (74,43%), el miedo a tener un accidente (72,63%) y pensar en la familia (64,04%) son los principales motivos que hacen o harían conducir de manera segura y responsable a los jóvenes españoles. Pensar en alguien en particular hace reflexionar a 7 de cada 10 jóvenes (70,46%), llevándoles a levantar el pie del acelerador y reflexionando sobre que “lo importante es llegar”. En menor medida piensan en el riesgo de que les pongan una multa (30,47%), que les quiten el coche (20,58%) o mantener los puntos del carné de conducir (19,38%). Destaca un 73,03% que declara no haber recibido nunca información o formación sobre seguridad vial después de sacarse el carné.

Más del 80% de los jóvenes españoles creen que las campañas publicitarias serían más efectivas y llegarían más a la gente si fueran más reales (84,22%, sobre todo las jóvenes) o incluso si salieran casos reales (80,42%). Más del 70% de los encuestados piensan que serían más efectivas si hubiera mensajes de hijos a sus padres (76,02%) o si fueran más emotivas (71,13%), más de la mitad (57,64%) creen que llegarían a más gente si fueran más dramáticas. Por otro lado, más de 3 de cada 4 jóvenes españoles (77,22%) declaran que se suelen distraer cuando conducen, bien de forma habitual (4,80%), ocasional (16,58%) o en raras ocasiones (55,84%). Lo hacen siempre especialmente las personas residentes en municipios medianos y los que tienen mayores ingresos.