- De los vehículos españoles a los que se le aplica el distintivo, son más los que no tienen etiqueta (52%) que los que la tienen (48%)
- Las etiquetas C son las más abundantes y las menos vistas, las Cero Emisiones, pese a que más de la mitad (53%) de los españoles querría tener un coche eléctrico o híbrido
Con la obligatoriedad, desde el 24 de abril, de exhibir las etiquetas medioambientales, han vuelto a surgir dudas sobre las mismas. Si hace un tiempo la DGT introdujo en el mercado las etiquetas distintivas que catalogan los vehículos según sus emisiones, recientemente, anunciaba el planteamiento de importantes cambios que afectan a las denominadas etiquetas ECO.
El concepto del etiquetado nació con el Plan nacional de calidad del aire 2013-2016; en él se clasificaba a los vehículos teniendo en cuenta la contaminación que emiten. Estos datos se obtienen directamente del fabricante, no dependen del estado actual del vehículo. El plan contemplaba como objetivos la reducción de los niveles de emisión a la atmósfera de los principales contaminantes y mejorar la información medioambiental.
Muchos españoles no tienen claras las diferencias entre etiquetas ni qué tipo de restricciones se van a aplicar a los diferentes vehículos. Según Clicars.com, el autor del estudio, el 51% de los españoles desconoce las diferencias entre las etiquetas medioambientales existentes.
Algunos ayuntamientos del territorio nacional están contemplando adoptar la aplicación de los distintivos ambientales, otros ya lo han llevado a cabo. En Madrid, ya son obligatorias para acceder al centro de Madrid, extendido a todo el término municipal de la capital.
¿Cuál es la correcta etiqueta medioambiental?
La DGT ha querido simplificar el número de las etiquetas, y sólo hay cuatro opciones para ubicar cada vehículo. Según sus datos, España aún tiene 7,6 millones de coches sin etiqueta medioambiental. De los vehículos que sí deberían tenerla un 52% no la poseen frente al 48% que sí. En el caso de los vehículos que tienen etiqueta, el 55% tienen la Etiqueta C (verde). Encuadra a los turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados a partir de enero de 2006 y diésel a partir de 2014. También vehículos de más de ocho plazas y transporte de mercancías, tanto de gasolina como diésel, matriculados a partir de 2014.
La etiqueta B (amarilla) que afirma un 33% poseer corresponde a los automóviles gasolina que cumplen al menos Euro 3, matriculados del año 2000 a 2005, y a los diésel, matriculados de 2006 a 2013, cumpliendo Euro 4 o Euro 5.
Únicamente el 10% de los españoles afirma tener etiqueta Eco (azul y verde). Esta clasificación contempla todos aquellos vehículos movidos por combustibles alternativos, especialmente los que utilizan GNC o GLP. También todos aquellos híbridos con menos de 40 kilómetros de autonomía en modo eléctrico.
Por último, la Etiqueta Cero Emisiones (azul) es la menos vista (2%). Son para vehículos 100% eléctricos, híbridos enchufables con una autonomía eléctrica de más de 40 km y los de autonomía extendida. Los coches eléctricos, híbridos y de gas están muy valorados por las prestaciones ecológicas que ofrecen, pero en comparación con el homólogo en gasolina y diésel tienen unos precios altos. Más de la mitad de los españoles afirman que, si pudieran, tendrían un coche eléctrico o híbrido (53%).